martes, 15 de noviembre de 2011

DOCUMENTAL: "AGUA DE LUMA"/// mas Informe Negocio forestal en Wallmapu

PRESENTACIÓN DE "AGUA DE LUMA"
TEASER-TRAILER
La falta de agua se ha transformado en una de las mayores consecuencias de la invasión forestal que afecta al territorio mapuche, Lumaco y otras comunas del sur del Chile. Agua de Luma rescata reveladores testimonios de un problema que está lejos, aún, de interesar a la clase política y el poder económico, siendo los más perjudicados los mapuches y pequeños agricultores.

AGUA DE LUMA
(COMPLETA)
Documental que relata cómo la expansión de la industria forestal en la Comuna de Lumaco, Región de La Araucanía, ha originado la desaparición de numerosos cauces de agua y prolongados meses de sequía que afectan, sin discriminación, a diversas comunidades mapuche y campesinos
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4 de Mayo de 2012
TALA ILEGAL DE ÁRBOLES MILENARIOS

Respecto a la tala ilegal iniciada sobre árboles milenarios que constituyen el 
cordón de protección y parte esencial del Ngen Mapu Quintuante se aprobó el Recurso de Protección: 


"Tramitación del Recurso de Protección, se declara: 
Que se ACOGE, sin costas, el recurso de protección deducido por doña Millaray Virginia Huichalaf Pradines, don José Juvenal Epullao Díaz, don Luis Delgado Calfueke y doña Ema Yolanda Vera Malpu, en contra de don Juan Heriberto Ortíz Ortíz, sólo en relación a la vulneración de la garantía constitucional del artículo 19 N° 6 de la Constitución Política de la República, esto es, la libertad de conciencia, la manifestación de todas las creencias y el ejercicio libre de todos los cultos, debiendo en consecuencia el recurrido, cesar en sus actividades de tala ilegal de árboles milenarios que se encuentra en un terreno de 2,5 hectáreas de su predio Hijuela N° 3 de Carimallin, y permitir el libre acceso de los recurrentes a dicho sitio, que es un lugar sagrado para la comunidad Mapuche Williche, del sector Maihue Carimallin, en la época estival y para el solo efecto de realizar 
rogativas de Lepun y Nguillatun desechándoselo en lo demás."



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Lunes 2 de Enero de 2012
DOCUMENTOS:
El Modelo forestal chileno y la destrucción de ecosistemas y comunidades 

Mientras nos encontramos en un Chile que está gobernado por un sistema político pensado y diseñado para la inversión e influencia directa de los empresarios en las tomas de decisiones, al más puro estilo neoliberal, han desaparecido miles de hectáreas de bosque nativo sustituidas por pinos y eucaliptus. Este proceso ha generado enormes impactos ecológicos negativos que afectan incluso a la sostenibilidad misma de la sociedad humana.
Sobre este punto trata este escrito. Nos interesa entregar una mirada panorámica al problema sintetizando los puntos que consideramos más graves.
Planta de celulosa Arauco


I.- Funciones e importancia del Bosque Nativo para los ecosistemas:
En Chile hay 13,7 millones de hectáreas de bosques nativos, aproximadamente un 17% se ubican en la Región de Magallanes, un 36% en la de Aysén, 24% en las actuales regiones de Los Ríos y Los Lagos[ii]. El Bosque Nativo cumple funciones de protección del suelo, aporta nutrientes y contribuye a un efecto esponja, es decir, permite que el suelo retenga y filtre el agua liberándola lentamente durante todo el año. En las cuencas con bosque nativo el agua permanece. Protege de la erosión, nos provee de madera, energía, alimentos, de una riquísima biodiversidad [iii], de oxígeno, flora y fauna nativa, y capta la contaminación [iv]. Es complejo por su diversidad. Este es un problema para el gran capital: no ha podido acrecentar sus ingresos por medio del uso del bosque nativo en relación al lucro que le proporcionan otros rubros sin riqueza (o con escasa) en biodiversidad e incapaces de cuidar el agua.

II.- Implementación del actual Modelo Forestal Chileno
Hasta 1950, el 90% de la materia prima forestal existente en Chile provenía del bosque nativo. A partir de la segunda mitad del siglo XX, se crearon empresas públicas madereras y de celulosa, con la idea de que los beneficios fuesen para todos los chilenos [v]. El rubro se nacionalizaba y durante la Reforma Agraria se instalaron asentamientos forestales, siendo conocida la experiencia de Neltume, cerca de Panguipulli, que fue brutalmente truncada por la dictadura militar de Pinochet.

El gobierno militar asumió que era necesario apoyar a la industria forestal capitalista estableciendo en 1974 un Decreto Ley N° 701 para el fomento forestal [vi]. Este se focalizó en la regulación del manejo y uso de los bosques, otorgando incentivos para la forestación y recuperación de suelos “agrícolas y degradados”. Tierras expropiadas a latifundistas durante la Reforma Agraria [vii] para ser administrada por campesinos, fueron traspasadas a empresas privadas. Esta contra-reforma agraria y las privatizaciones desarrolladas durante la dictadura fueron el inicio (y retorno) de la concentración de las tierras en pocas manos. Además las empresas forestales implementaron los monocultivos exóticos de pinos y eucaliptus por medio de subsidios que eliminaron la tributación y bonificaron el 75% de los costos de plantación, manejo y administración [viii]. Estos incentivos produjeron una enorme presión sobre el bosque nativo como también ningún interés por recuperarlo. Ante este escenario, las empresas forestales definieron una expansión de la industria basada en plantaciones de pinos y eucaliptus.

Por su parte, CONAF (Corporación Nacional Forestal) comenzó por medio de programas de empleo, a incorporar el pino entre los campesinos, tal vez pensando que tarde o temprano, esas tierras serian adquiridas por las empresas forestales, fenómeno que efectivamente se produjo. En la década del 90 se implementaron Programas Públicos de saneamiento de Títulos de Dominio que era una de las tantas políticas del Estado que fomentó la propiedad privada en contra de las asociaciones o trabajos sostenidos en el apoyo mutuo de los campesinos. Sólo por medio de ese título, éstos podían demostrar el control de la tierra y así acceder tanto a los “beneficios” de las leyes, como de proyectos productivos y sociales del Estado. Esta regularización de la propiedad conllevó también incorporar al mercado las tierras de campesinos, siendo en muchos casos adquiridas por empresas forestales. La migración campo ciudad se acentuó.

Una breve pausa en el proceso de invasión forestal artificial, fue la Ley Indígena implementada a principios de los años 90 del siglo pasado, que no les facilitó a las empresas seguir apropiándose de comunidades mapuches ya que no permitió que la tierra de un campesino y/o comunero mapuche fuese vendida a no mapuches. Esto detuvo lo que había facilitado la Dictadura Militar de Pinochet el año 1978, al dividir la tierra de las mencionadas comunidades, insertándolas al mercado. Pero esa fue una excepción. El Decreto Ley N° 701 aplicado desde 1974 a 1997, favoreció sólo a un 5,8% de los campesinos o pequeños propietarios. Se induce que esto es parte del fomento a la gran empresa. Entre el año 1980 a 1997 se forestaron desde la Región del Maule a la de Los Lagos, 822.428 hectáreas [ix]. En 1997, el gobierno concertacionista propició la modificación del Decreto 701, incentivando plantaciones en predios campesinos, aumentado para el año 2004 al 38% los campesinos “beneficiados”.

Respecto a las comunidades mapuches, grande ha sido la oposición de muchas al modelo forestal chileno, ya que comprenden que no es sólo un tema ecológico sino de soberanía territorial, económica, social y cultural. Esto explica en parte la represión Estatal que sufren las comunidades, motivada por la defensa de los intereses de las empresas forestales. Al mismo tiempo se implementan Programas Gubernamentales destinados a las comunidades entre los que se destacan los de fomento a las plantaciones. Muchas comunidades están plagadas de pinos y eucaliptus. Los avances de las plantaciones, ha sido en parte a costa de la disminución del bosque nativo. Esto es lo que se denomina sustitución. Entre 1975 y 2000, por ejemplo, un 67% del bosque nativo disminuyó en la región comprendida entre el Río Maule y el Bio Bio; en la Región de Los Ríos entre el año 1998 al 2006, se sustituyeron 15.600 hectáreas [x].

En la actualidad, las empresas generan políticas de buena vecindad, que más allá de su lavado de imagen, es la incorporación de los campesinos al modelo forestal chileno. Los campesinos proveerán con las cosechas de sus plantaciones a las empresas, otros serán mano de obra de éstas para la ejecución de las faenas de plantación o de cosecha. Es la estrategia asumida por el capital y el Estado.

Las empresas han desarrollado campañas como Bosques para Chile, con patrocinio de CORMA [xi], que engañan a la población. Se intenta convencerla de que las plantaciones son bosques [xii], que las empresas están al servicio de la comunidad local; o la más reciente, en que mencionan que con sus plantaciones se harán cargo de salvar al planeta proveyendo de oxígeno y captando la contaminación [xiii].

En la actualidad, de un total de 2 millones 500 mil hectáreas de plantaciones exóticas en Chile (pino y eucaliptus)[xiv], el Grupo Arauco de la Familia Angelini posee 1 millón; CMPC del Grupo Matte posee 498 mil; Forestal MASISA del Grupo Nueva posee 88 mil.[xv]. El destino de estas plantaciones es la exportación, principalmente para la producción de fibra de celulosa y papel. Desde una perspectiva económica, el sector forestal es el segundo más importante del país (7%) después del minero (63%) y se encuentra organizado en la CORMA, instancia de importante influencia para defender los intereses de las empresas y del modelo.

Las zonas donde se concentran las plantaciones forestales son las más empobrecidas, con los mayores índices de cesantía, emigración y sequía progresiva [xvi]. Este modelo forestal chileno pretende para el año 2025 aumentar el patrimonio de las empresas forestales a 5 millones de hectáreas plantadas con pinos y eucaliptus [xvii]. Una manera de controlar desde el Estado a las empresas ha sido la creación de sistemas de certificación como FSC [xviii], que buscan asegurar buenas prácticas sociales y ambientales, que han tenido algunos resultados considerando el apremio de empresas desprestigiadas para poder comercializar su producción en el mercado europeo. Otra instancia de control (autocontrol) es el rol fiscalizador de CONAF, denuncias de ONGs, comunidades campesinas y mapuches.

III.- Conclusiones:
Definitivamente donde el modelo forestal chileno penetra con más fuerza, el bosque nativo retrocede, para ser sustituido por plantaciones de pino y eucaliptus, especies exóticas de rápido crecimiento pero, al mismo tiempo, destructivas de los ecosistemas locales.

Las empresas forestales, sin importarles la disminución del agua en las comunidades, han violado sistemáticamente no sólo a la Ley del Estado, sino las buenas prácticas ambientales de producción (ellos desarrollan la tala rasa, plantación en cuencas, uso de insecticida, etc). Han instalado como una forma de amortizar el conflicto social, la práctica de que si una empresa daña el medio ambiente, debe retribuirle a la comunidad local con dinero o inversión, como si esto pudiese revertir el daño causado. Instala una forma de ser que, peor aún, genera corrupción solapada de compensación, por medio de sistemas que con buenas intenciones buscan aminorar los efectos negativos certificando que se cumplen buenas prácticas ambientales y sociales, que a la vista de los campesinos y pobladores locales, no se realizan.

De este modo, las empresas forestales chilenas ingresan al mercado de la comunidad europea que les hacen ciertas exigencias al respecto. Parte de sus campañas es mostrar folletos con personas sonrientes, ya sean campesinos, pobladores funcionarios de instituciones públicas y no gubernamentales, que desarrollan proyectos financiados por empresas forestales. Se asimila a un neocolonialismo.

Y el Estado, ahí está, con todas sus contradicciones, enarbolando la bandera de que las plantaciones son bosques, que generan riqueza para todos, que los eucaliptus no son responsables de la pérdida de agua. Elabora leyes que parecen ridiculeces respecto a fomentar la sostenibilidad del bosque nativo, leyes que son cheques abiertos para la implementación de plantaciones exóticas. Para el Estado la alianza con las empresas es prioritaria y eso denota la pobreza de las leyes de fomento del bosque nativo, aunque existen pequeños programas de CONAF que relativizan un poco esta sentencia.

La institucionalidad pública ha sido ineficiente o permisiva en fiscalizar a las empresas y eso explica la “supuesta” necesidad de la Certificación, que habría sido un fraude grotesco si FSC (Forest Stewardship Council) hubiesen certificado a Forestal Arauco y Forestal Mininco (perteneciente a CMPC) con todos los evidentes problemas que tienen con el Pueblo Mapuche [xix], los trabajadores, los ecosistemas locales y comunidades campesinas. Otras empresas si han sido certificadas, sin ser “santas”.

Y que se puede “certificar” ante la insolente verdad del carácter cínico y de la codicia de las empresas que solo les interesa hacer lo que les pide el mercado, en que sus ganancias han sido a costa de la Contra Reforma Agraria, de subsidios para familias como los ¡¡Angelini y los Matte!!, de la desaparición de los campesinos, de la usurpación de tierras, de la sustitución de ¡¡Bosques Nativos!! El pasado no se puede borrar con el codo y las malas acciones no se pueden compensar con dinero. Las decisiones y el accionar de las empresas y el Estado, están destruyendo los ecosistemas y las comunidades campesinas. Ultraviolento y cínico es su comportamiento social y ambiental, considerando la pérdida de agua, biodiversidad, etc.

¡Qué hacer? La educación de los niños respecto al bosque nativo, la sensibilización entre la población rural y urbana de las riquezas de este y de los impactos del modelo forestal chileno, la participación directa de las organizaciones campesinas e indígenas en la generación de propuestas, es vital, urgente. Hay que denunciar las malas prácticas ambientales, desnudar tanto las falsas campañas que maquillan de responsables ambientales a las empresas y la colusión que estas realizan. También hay que movilizarse e incidir-invitar a otros actores sociales y políticos. Todo esto teniendo en claro que se enfrentará a un gran par de amigos de este modelito forestal y neoliberal: El actual Estado y las empresas forestales. Y ojalá que no se sumen a ellos, los que teniendo buenas intenciones creen que este modelo no se puede revertir sino solo mejorar.

NOTAS:
[ii]Frene; Nuñez; p 25 – 34. Revista Bosque Nativo N° 47. 2010.www.bosquenativo.cl" target="_blank">www.bosquenativo.cl">www.bosquenativo.cl
[iii] Existe una interdependencia muy estrecha entre todos los seres vivos y entre los factores de su habitad, por lo tanto, una alteración entre unos seres vivos modifica también a su hábitat y a otros habitantes de ahí. La pérdida de la biodiversidad puede acarrear nuestra desaparición como especie.
[iv] Dióxido de Carbono
[v] AIFBN, Diagnostico Forestal 2009 (www.bosquenativo.cl)" target="_blank">www.bosquenativo.cl">www.bosquenativo.cl)
[vi] Frene; Nuñez; p 25 – 34. Revista Bosque Nativo N° 47. 2010. www.bosquenativo.cl" target="_blank">www.bosquenativo.cl">www.bosquenativo.cl
[vii] Realizada durante la década de los sesenta y hasta 1973, truncada por la Dictadura Militar de Pinochet.
[viii] AIFBN, Diagnostico Forestal 2009 (www.bosquenativo.cl)
[ix] Frene; Nuñez; p 25 – 34. Revista Bosque Nativo N° 47. 2010. www.bosquenativo.cl 
[x] Frene; Nuñez; p 25 – 34. Revista Bosque Nativo N° 47. 2010. www.bosquenativo.cl 
[xi] Corporación de la Madera: integrada principalmente por empresas forestales, algunas municipalidades, organismos públicos entre los que aparece la Corporación Nacional Indígena (CONADI).
[xii] “En esta campaña se pretende convencer al público que no existen diferencias entre los bosques nativos y las plantaciones de pino (pino monterrey) y que en la medida que se planten más pinos, se estará contribuyendo a que en nuestro país hayan más bosques. En primer lugar, es necesario establecer una clara diferencia entre un bosque nativo y una plantación de pino. Un bosque nativo es un ecosistema complejo cuyas especies componentes son más que un conjunto de árboles, como es el caso de las plantaciones de pinos” Declaración Publica Sociedad de Botánica de Chile año 2001 http://www2.udec.cl/~botanica/cartadenuncia.html 
[xiii] /www.bosquesparachile.cl/bosques.asp?id=293&ids=295 
[xiv] CONAF, www.conaf.cl 
[xv] Frene; Nuñez; p 25 – 34. Revista Bosque Nativo N° 47. 2010. www.bosquenativo.cl 
[xvi] Seguel, Alfredo: Devastación y debacle de la industria forestal. http://www.olca.cl/oca/monocultivo/plantaciones061.htm 
[xvii] Seguel, Alfredo. 2005. Modelo forestal chileno y Movimiento autónomo Mapuche. Las posiciones irreconciliables de un conflicto territorial
[xviii] Forest Stewardship Council.
[xix] http://www.mapuexpress.net/?act=publications& ;id=5547 

Fuente: Publicado en "El Surco", n°31, Santiago, noviembre-diciembre 2011
El Ciudadano
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Lunes 2 de Enero de 2012
Miles de hectáreas quemadas por la irresponsabilidad de las forestales y un Estado que no fiscaliza
La irresponsabilidad de las empresas forestales no tiene límite. Ahora son miles de familias las afectadas por los incendios provocados por su mal manejo y pésima prevención para evitar que se quemen sus altamente combustibles pinos y eucaliptus. Ya murió una persona por culpa del siniestro y son miles las que están siendo evacuadas en distintas comunas de la Provincia del Ñuble, mientras los vecinos reclaman que ni la Conaf ni la Onemi se han acercado a prestarles apoyo
Texto y Fotos: Marcela Rodríguez, desde Ñipas. Mapuexpress.


En la octava región se ha producido un incendio de proporciones, ya van cerca de 10.500 hectáreas incendiadas, con el consiguiente daño medio ambiental y a la población. Además, ayer se informó de que una persona murió en Quillón producto de la emergencia y más de un centenar de casas han sido totalmente arrasadas por el fuego, afectando a centenares de familias rurales que viven principalmente de la agricultura de subsistencia.

Este siniestro se generó el día viernes 30 de diciembre, propagándose con la ayuda del viento y sin que el Ministerio de Defensa, Onemi y Conaf se contactaran con las comunas afectadas sino hasta el día primero cuando se declaró recién la Alerta Roja.

En primer lugar quisiera advertir que en este tipo de emergencias el Ministerio de Defensa no asume su responsabilidad, como podría pensarse. De manera intermitente lo asume Agricultura, sin embargo no hay un responsable claro, lo que habla de una legislación ineficiente en este tipo de catástrofes.

En segundo lugar, la Onemi pareciera ser un organismo que no está preparado para coordinar acciones de emergencia. El incendio forestal de Bío Bío comenzó el día viernes. Al llamar al organismo no supieron decirnos qué acciones iban a tomar, ni cuánto tiempo se tardarían en acudir a la emergencia. Así el fuego avanzó desde Quillón, cruzó la autopista y se instaló en Ñipas, Manzanares y Nueva Aldea sin que se apreciaran helicópteros o profesionales de Conaf.

En tercer lugar, constatamos que las empresas forestales no cuentan con reservas de agua que permitan combatir los incendios forestales y evitar que se propaguen, situación que ocurre en cosa de minutos porque los pinos y los eucaliptus son árboles altamente inflamables. Pese a que se adueñan de casi el total del agua de las comunidades donde se instalan no tienen ni siquiera la iniciativa de disponer de dichas aguas para controlar sus propios incendios.

En este momento la comuna de Nueva Aldea se encuentra en riesgo de ser afectada por una emergencia química ya que la propia celulosa Arauco fue alcanzada por el incendio, y no cuenta con equipo de emergencia que permita combatir un desastre de esas características que afectaría a toda la comunidad de Nueva Aldea.

Finalmente creemos que buena parte de la responsabilidad de estos hechos recae en las forestales. Estas deberían hacerse cargo de los incendios que ocurren al interior de sus propiedades y contar con reservas de agua proporcionales a las hectáreas que poseen. Las plantas de celulosa también deberían contar con personal de reserva y los equipos necesarios para evitar que sea la población la que sufra las consecuencias de las emergencias químicas. Por último, señalar que las empresas forestales no solo deben preocuparse de apagar los incendios, sino de tener campañas efectivas de prevención de este tipo de siniestros.

Información Relacionada: 
Campaña de ayuda de los estudiantes de la Universidad San Sebastián http://www.facebook.com/events/341000122579477/

Fuente: Mapuexpress

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12 de Noviembre 2011
Negocio forestal en Wallmapu: 
El sangriento saqueo del territorio mapuche

Desde la invasión militar del territorio mapuche, la industria forestal ha sido la cara más nefasta de esta ocupación, que históricamente y hasta en estos días, ha recibido la resistencia de las comunidades que deben enfrentarse a la matonezca militarización del estado chileno que protege este saqueo.

En noviembre se realiza en Concepción la Expocorma 2011, una feria internacional que pretende por un lado mostrar las bondades del negocio forestal y por otro, generar negocios por miles de millones de dólares al concentrar en esta ciudad la presencia de empresarios del área provenientes de todo el mundo, además de proveedores de insumos y maquinarias y de otros rubros ligados al negocio forestal.

Para los mapuche sin embargo, las empresas forestales son la cara más nefasta del sistema capitalista. Son la expresión más gráfica hoy día de la ocupación del país y territorio mapuche. Y es que estas empresas son las propietarias de las mayores extensiones de tierras en nuestro territorio. Sólo las dos más grandes, Bosques Arauco del grupo Angelini y CMPC del grupo Matte, poseen más del doble de hectáreas que todos los mapuche juntos. De esta forma, casi la totalidad de los recursos que se producen y transan en lo que se conoce como negocio forestal en Chile, son robados de nuestro territorio.

Por tanto, hablar de negocio forestal, es hablar de robo, de reducción y receptación, es hablar del saqueo de Wallmapu.


Fraude:
La propiedad forestal que hoy conocemos, tiene su origen en el traspaso que la dictadura militar chilena hizo a Bosques Arauco y Forestal Crecex (hoy Forestal Mininco) de los predios reexpropiados a los asentamientos campesinos que se habían establecido principalmente durante el gobierno de Salvador Allende, así como de aquellos que habían sido devueltos a comunidades mapuche en esa misma época, en lo que se conoce como “reforma agraria”.

La dictadura pone en marcha una contrareforma agraria y despoja a los campesinos chilenos y mapuche de los predios, los que a su vez son traspasados a estas empresas de manera casi gratuita, ya que las compraventas realizadas fueron meras formalidades, pues los precios pagados fueron irrisorios.

Muchos también fueron los ardides utilizados en buena parte de este robo de tierras, como el uso de palos blancos, es decir, terceros que adquirían la propiedad para luego y casi de inmediato, traspasarla a estas empresas.

Por otro lado, y luego de dividir la propiedad comunitaria en individual, el fraude también se realizaba a través de la compra directa de parcelas a los nuevos pequeños propietarios, tanto chilenos como mapuche, con la complicidad y apoyo directo de las distintas instituciones del Estado. Éstas llenaban de deudas y obligaciones impositivas a los pequeños propietarios, de manera de hacer imposible mantener la propiedad de sus predios y se veían en la obligación de venderlos.

Como si todo eso fuera poco, en 1974 se dicta el Decreto 701, una legislación que financia la producción forestal con recursos del Estado hasta el día de hoy. Fue mostrada como una ley para beneficiar a campesinos e incentivar la entrada al negocio forestal, pero en la práctica, fue destinado a apoyar a las grandes empresas para instalarse con mayor facilidad en el territorio mapuche.

Robo directo
Con el paso de los años y hasta hoy, se consolidó la vieja práctica de comprar tierras a una sola persona que poseía la propiedad individual – ya no comunitaria – y con ello luego los interesados logran expulsar a toda la familia y quedarse con toda la propiedad.

No contentos con ello, a la hora de definir los deslindes y cercos, los mapuche siempre fueron perdiendo, aprovechando las maniobras que permite la legislación chilena y a punta de balas, cárcel y hasta muerte.

La “Receptación de Especies”
Así se nombra a quien compra algo que ha sido robado. Eso es lo que hacen las empresas forestales, pues no sólo la tierra sobre la que se inició la propiedad forestal es mal habida, sino también la que adquirieron después y hasta nuestros días.

La totalidad de la propiedad forestal en Wallmapu se estableció sobre tierra robada, pues la propiedad particular en Wallmapu no es legítima. Baste recordar que los estados chileno y argentino invadieron y ocuparon nuestro país sin tener más justificación que la avaricia por hacerse de las mejores tierras de nuestra patria mapuche.

No se declaró la guerra, ni se invocó ningún precepto legal, ni constitucional, de parte de ninguno de los dos estados invasores.

Ningún organismo internacional reguló la ocupación, ni nadie veló por los derechos de nuestro pueblo.

Fue por tanto. un robo a mano armada y por eso, quienes se apoderaron de nuestro territorio de esta manera, así como también quienes las adquirieron por cualquier medio, son personas e instituciones criminales.

El Robo continúa hoy día
El saqueo persiste, crece y se refuerza, pues el negocio forestal es un modelo económico extractivo a ultranzas, que no genera ninguna riqueza en las zonas donde opera, ni siquiera paga impuestos en las comunas donde explotan predios.

Sólo con ver las cifras de pobreza y calidad de vida de la población, tanto chilena como mapuche, en las provincias de Arauco y Malleco, lugares donde se alimentaron los gigantes forestales por décadas.

Las ventas del sector forestal alcanzaron casi los 5.000 millones de dólares, mil más que el 2009. Y para mediados de este 2011, ya se superaba esa cifra.

Negocio devastador y contaminante:
El impacto ambiental del negocio forestal es incalculable, pues no sólo desplaza el bosque nativo, además consume y seca las napas de agua subterránea, los esteros y toda fuente de agua. Las que logran mantenerse son contaminadas con las periódicas fumigaciones y las mismas plantaciones.

Para la vida mapuche, las plantaciones llevan a la muerte en un amplio sentido. Se mueren los remedios, no hay agua, los espacios sagrados y las fuerzas de la tierra no se respetan – sin mencionar la pérdida del cuidado, la posesión, la soberanía del territorio – lo que genera serias consecuencias. En definitiva, se destruye el equilibrio de la vida mapuche y nos lleva a desaparecer como pueblo.

Negocio antisocial
El rubro forestal se encuentra altamente concentrado en unas pocas manos y las principales empresas que operan en Wallmapu son de propiedad de los grupos economicos más poderosos de Chile y el continente. Este sesgo se acentúa cada vez más, dada la dinámica misma del negocio altamente extractivo.

Además de los grupos Matte y Angelini, en Wallmapu también operan consorcios transnacionales, como la japonesa Mitsubishi, la norteamericana Simpson Paper y la neocelandesa Terranova, entre otras.

Madera teñida con sangre
En el conflicto que enfrenta a la nación mapuche con los ocupantes de nuestro territorio, los forestales y latifundistas chilenos han contado con todo el resguardo y apoyo del aparato estatal y varios han sido los hermanos que han sido asesinados por las fuerzas policiales que sirven de perros guardianes de estos ladrones.

Entre los casos más emblemáticos está el del peñi Alex Lemún, a quien el año 2002, un teniente de Carabineros le quitó la vida de un disparo cuando participaba de una manifestación dentro de un fundo de Bosques Arauco, donde los pinos estaban plantados a menos de cincuenta metros de la puerta de su casa.

En enero del 2008, Matías Catrileo murió de un disparo policial por la espalda, cuando junto a comunidades ingresaron al fundo de Jorge Luchsinger en la zona de Vilcún. A la familia Luchsinger el Estado chileno la trajo desde Suiza a instalarse en el corazón de Wallmapu, en una pequeña parcela, extendiendo su propiedad a través de los años con el robo de tierras a sus vecinos mapuche.

En agosto del 2010, Jaime Mendoza Collío cayó abatido por un carabinero en una manifestación de varias comunidades en el fundo San Sebastián, en la misma zona de conflicto donde antes fue asesinado Alex Lemún.

También se debe recordar a Zenen Diaz Necul, un niño de 16 años asesinado por un camionero que lo arrolló intencionalmente mientras protestaba en una barricada en el viaducto Malleco. Este crimen ni siquiera fue investigado, en tanto que en los anteriores, los asesinos han sido castigados de manera formal para luego ser premiados con ascensos o traslados.

Otros comuneros han muerto en circunstancias nunca aclaradas y otros tantos han salvado de ser asesinados, tanto por la policía, como por los paramilitares que operan al alero principalmente del negocio forestal en Wallmapu.

Es una paradoja que los mapuche seamos tildados de terroristas mientras nos matan. Resulta más llamativo aún, que nuestros asesinos nunca hayan tenido un muerto entre sus filas, es obvio entonces preguntarse de dónde viene el tan mentado terrorismo.

Por qué luchan los que están siendo asesinados
La nación mapuche es reconocida por su lucha milenaria en defensa de su territorio. Logró frenar el avance del imperio Inca, posteriormente y durante 300 años, lidió contra el imperialismo español y luego ha tenido que sufrir la invasión de Wallmapu por parte de los estados chileno y argentino. Ocupación bajo la que nunca ha dejado de luchar por recuperar sus derechos políticos conculcados y la soberanía de su territorio.

Es en este contexto en el que han muerto los mártires actuales. Es por esta misma lucha por la que han muerto, es por la misma defensa del territorio por la que han asesinado a Alex, a Jaime y a Zenen, es por luchar por territorio y soberanía mapuche, por lo que le dispararon a mansalva a Matías.

La ocupación de nuestro territorio ha sido tan rentable que no trepidan en convertirse en asesinos.

Fuente: Pais Mapuche


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